El corazón late con fuerza, el sudor cae. Miro el ritmo cardíaco en el reloj – 180 latidos por minuto (LPM) y subiendo, necesito reducir la velocidad… Pero parece que ya estoy corriendo despacio… ¿Qué puedes hacer? Reduzco la velocidad y casi me detengo. El ritmo disminuye, disminuye. Llega a 160…150… 145… Bueno, sigamos corriendo. […]
El día que dejé de tomar tanto café
